La cebolla es conocida por tratarse de uno de esos alimentos “que curan”, pues es una de las hortalizas más activas en mayor número de dolencias. Tan completa como el ajo -de la que es familia- es valorada ya desde la antigüedad tanto por sus propiedades nutricionales como por sus propiedades curativas, hasta tal punto que en la Edad Media servía como forma de pago o como regalo.
Su origen es incierto, pues se cree que puede proceder de Asia, pero otros opinan que puede ser originaria del norte de África. En cualquier caso, lo que sí es cierto es que fueron los romanos quienes la introdujeron en su cultivo en los países mediterráneos, y desde entonces no ha faltado en las despensas de medio mundo.
Lo ideal, como ya hemos recomendado en varias ocasiones, es comer la verdura cruda, ya que las altas temperaturas destruyen sus componentes, y la cebolla no es una excepción. Sin embargo, hay un problema que siempre se nos presenta a la hora de comer cebolla: cortarla. Para muchos, supone un desafío cortarla sin soltar alguna lagrimilla que otra, y es que no supone una tarea fácil. Es por ello que en el post de hoy te contaremos algunos trucos para evitar ese lagrimeo cuando cortamos y picamos cebolla.
Pero antes, vamos a hablar un poco más sobre sus aportes nutricionales y por qué es llamada como “el alimento que cura”.
Aportes nutricionales de la cebolla
Sin duda, sus principios la convierten en un alimento realmente fundamental para mantener y recuperar la salud. Además de agua -casi el 90% de su composición-, y fructosanas -los azúcares responsables de su acción diurética, este popular bulbo está compuesto por:
- Aceites esenciales. El primero de ellos es ese aceite volátil que provoca el lagrimeo a partir del cual a la cebolla se le atribuyen gran parte de sus propiedades terapéuticas -como ser anticoagulante y analgésico-. En cuanto al segundo, es el que se encarga de incrementar los niveles de colesterol “bueno” en sangre.
- Minerales y oligoelementos. Minerales como sodio, fósforo, magnesio y calcio, y en cantidades menores, hierro.
- Vitaminas. Las cebollas son ricas en vitaminas del grupo B, las cuales intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, y vitaminas E y C, las dos de acción antioxidante.
- Fibra. Gracias a su elevado contenido en fibra, la cebolla aporta sensación de saciedad tras su consumo y mejora el tránsito y funciones intestinales.
- Antioxidantes. En gran parte, las propiedades medicinales de la cebolla se deben a que es rica en antioxidantes. Se les atribuye una poderosa acción protectora contra los trastornos cardiovasculares, hasta el punto de estar comprobado que el riesgo de fallecer debido a un problema cardíaco se reduce considerablemente entre los que consumen cebolla a diario.
Beneficios de la cebolla para la salud
Además de lo ya mencionado anteriormente, el listado de propiedades e indicaciones curativas para la salud aún es más largo:
- Protege el corazón y el sistema circulatorio. Esta hortaliza es uno de los más poderosos cardioprotectores que existen en la naturaleza siempre que se ingiera de forma habitual. Esto es gracias a la aliína.
- Ayuda a los diabéticos. Esto es porque reduce las tasas de azúcar en sangre, y a su vez, ayuda a eliminar los tóxicos de los azúcares y a asimilar mejor sus virtudes.
- Favorece la digestión. La cebolla favorece las funciones del estómago. Estimula el apetito, tiene un suave efecto neutralizador de los ácidos y favorece la adecuada salud de la flora intestinal.
- Fortalece las defensas. Su contenido en compuestos azufrados hace de la cebolla unos de los remedios naturales más eficaces para combatir procesos infecciosos ya sean del aparato respiratorio o del digestivo, gracias a los aceites esenciales que se han mencionado antes.
- Es diurética. La hacen muy apropiada para las personas con tendencia a retener líquidos, ya que facilita la actividad excretora de los riñones y aumenta la secreción urinaria.
- Protege la piel. Sus compuestos azufrados la hacen ideal para mantener una piel sana.
- Previene el cáncer. Estudios recientes parecen asociar el consumo de cebolla con la inhibición del cáncer. Concretamente, estos compuestos azufrados podrían evitar la aparición de células cancerosas en el estómago.
- Reduce las reacciones alérgicas y asmáticas. La quercetina, antioxidante que se encuentra entre el compuesto de la cebolla, disminuye las reacciones alérgicas. Además, los efectos de la cebolla sobre el asma están bien documentados.
Cómo cortar la cebolla sin llorar
Y al fin llegamos al tema que más nos interesa hoy, cómo picar la cebolla sin que se nos irriten los ojos. La responsable de esta irritación ocular que origina el lagrimeo es la alinasa, una sustancia que se desprende al cortar la cebolla y que produce la emisión de una molécula irritante llamada propanotial.
Esta molécula es el aceite esencial el cual hablábamos anteriormente, y es muy volátil y se capta por la nariz al respirarla. Por tanto, llegamos a desmentir el primer mito cuando se trata de evitar llorar al cortar la cebolla: ponerte unas gafas de bucear que no tapen la nariz, no sirve para nada. Ni este, ni otro trucos que se rumorean desde siempre. Los métodos que vamos a ver se basan en evitar o reducir la emisión de esta sustancia volátil, y, al mismo tiempo, en minimizar sus efectos.
Para evitar la emisión de la anilasa, es bueno que las cebollas que se vayan a cortar estén muy frías. Así, el gas es menos volátil, desprendiéndose mucho menos. Es por eso que uno de los primeros trucos es meter la cebolla en el congelador durante unos minutos, o en la nevera durante una hora o más antes de cortarla.
Otra forma para que la emisión no nos afecte sería picar la cebolla dentro de un barreño con agua, pero esta técnica es poco práctica y más difícil de ejecutar.
Lo primero que tenemos que entender es que es muy importante contar con un buen cuchillo, ya que si hacemos un corte fino y preciso desgarraremos menos capas de cebolla que si usamos uno poco afilado. Para neutralizar el propanotial, hay mucha gente que unta el filo del cuchillo en vinagre, pero esto puede dejar un poco de saber en la cebolla que cortamos, aunque puede ser una técnica muy efectiva.
Otra forma de evitar las lágrimas es mojar tanto las cebollas peladas como el cuchillo en agua repetidas veces según se va cortando. Al mojar las cebollas, se elimina parte del propanotial y se llora bastante menos.
Aún así, lo mejor que puedes hacer es contar con una buena tabla, un buen cuchillo afilado y hacer el corte con buena técnica. Estar separados del cuchillo para evitar estar en el radio de alcance de las emisiones de la cebolla -50/90 cm aproximadamente- también es fundamental.
Desde Frutas Olivar esperamos que estos trucos para cortar la cebolla sin llorar os hayan servido, y si aún no los has probado, te animamos a que intentes estas sugerencias. te invitamos a leer nuestro artículo sobre la diferencia entre cebolla y cebolleta. Recuerda que si tienes alguna duda o consulta, la puedes dejar en los comentarios.