Contar con un pequeño huerto urbano en tu hogar en el que plantar algunas hortalizas no solo tiene una serie de beneficios asociados con la liberación del estrés, por ejemplo. Sino que también te sirve como incentivo para comer más verduras, contribuye a educar a los más pequeños en el respeto por la naturaleza, a que tengan responsabilidades y desarrollen una mayor capacidad de paciencia.
Un huerto urbano en tu terraza o patio aporta color y alegría a tu hogar. Contribuye a crear un ambiente acogedor. Se convierte en una actividad ideal para hacer en familia creando vínculos y contribuyendo a una mayor comunicación. Y, por supuesto, te da la satisfacción de comer aquello que has producido con tus propias manos y de una forma orgánica y sostenible.
Como es lógico, en tu huerto urbano no puedes tener toda la variedad de hortalizas del mercado. Por esa razón, desde Frutas Olivar, como expertos en frutas y verduras, queremos aconsejaros sobre las hortalizas que mejor pueden crecer en este tipo de espacios.
Hortalizas que plantar en tu huerto urbano
Antes de empezar a plantar tu huerto en casa, debes tener en cuenta qué espacio le vas a dedicar. Es importante que le asignes en un lugar soleado, con luz natural el máximo de horas posibles (6 horas como mínimo). En función del tipo de huerto que vayas a plantar, en el jardín o en macetas, ten en cuenta que será un lugar que se ensucia con facilidad cuando riegues o podes y que necesita un sistema de drenaje que canalice el agua sobrante hacia un desagüe o bandejas en caso de usar tiestos.
A la hora de elegir qué plantar, es fundamental que tengamos en cuenta la época del año en la que vamos a hacerlo y la zona en la que vivimos. Lo más recomendable es elegir plantas productivas y resistentes, sobre todo si es la primera vez que vamos a montar un pequeño huerto en casa.
Entre las hortalizas que mejor se adaptan a un huerto urbano podríamos destacar las cebollas, el tomate, la zanahoria, el rábano, el pimiento, el pepino, la berenjena, las habas, la espinaca o el ajo.
Veamos, por orden de dificultad en su cultivo, algunas hortalizas ordenadas de más sencillas a menos:
Habas
La siembra de las habas la puedes realizar entre los meses de septiembre y octubre y podrás cosecharlas entre febrero y el mes de mayo.
Este tipo de planta necesita un riego moderado aunque regular, prestando atención en la época de floración pues, si regamos en exceso, podemos echar a perder la cosecha.
Es una planta poco exigente en nutrientes, aunque necesita un espacio de unos 5 litros de volumen para el sustrato.
Como vimos en nuestro artículo sobre los tipos de verduras que consumimos en nuestra dieta, las habas son una de esas verduras de la que consumimos su semilla cuando está inmadura o verde, al igual que el guisante.
Ajo
¿Quieres preparar tu huerto y comenzar a plantar en noviembre? Elige el ajo en sus variedades de ajos blancos. El ajo que se planta en otoño se recolecta durante el mes de junio. Si prefieres plantar la variedad de ajos morados, deberás sembrar en primavera y recogerla en julio o agosto.
Es una planta que necesita muy poco riego y poco abono. Lo que sí debes disponer es al menos 3 litros de volumen de sustrato.
El ciclo de cultivo del ajo es muy corto. Debemos tener en cuenta que, si el espacio del que disponemos no tiene mucha luz, será complicado conseguir buenas cabezas de ajo, pero, en su defecto, la planta crecerá de forma alargada y tierna dando lugar a lo que se conoce en cocina como ajos tiernos.
Los ajos pueden ser plantados en jardineras teniendo en cuenta que el sustrato no tenga mucha humedad para que no se pudran. Puedes utilizar cualquier diente de ajo de tu casa para plantarlo, teniendo siempre en cuenta que debe estar colocado de forma vertical con la punta hacia arriba.
Como curiosidad, se dice que en climas fríos alcanza un mayor nivel de sabor picante que en climas más cálidos.
Rábano
El rábano necesita humedad en la tierra pero que no llegue a encharcarse. Una vez que comiencen a crecer sus hojas, si quieres que el rábano adquiera un mayor tamaño, deberás ir eliminando muchas de sus hojas.
Los rábanos tardan entre 3 y 6 semanas en salir así que, si planteas bien distintas siembras, tendrás siempre rábanos listos para comer.
Zanahoria
La siembra de zanahorias en huertos urbanos y en casa se recomienda durante los meses de abril a julio, aunque en la zona del arco mediterráneo se podría plantar durante todo el año.
Para este tipo de cultivo necesitarás contar con contenedores, jardineras que te permitan sembrar a una profundidad mínima de 30 o 40 centímetros. Debes procurar ubicarlo que en una zona que reciba luz directa durante casi todo el día.
La tierra para utilizar debe ser suelta y fertilizada, y deberás habilitar una zona porosa en el fondo del recipiente, con grava, por ejemplo, que permita un correcto drenaje.
Como comentábamos en un artículo anterior, son muchas las propiedades de la zanahoria así como otras curiosidades que caracterizan a esta hortaliza. Aunque sea un cultivo que requiere más cuidados, trabájalo y conseguirás tener tu propia pequeña cosecha.
Pimiento
Para cerrar nuestra recomendación hemos elegido el pimiento. Esta planta, al igual que el tomate, la berenjena, el pepino o la cebolla, necesitan trasplante. ¿En qué consiste el trasplante? Pues que una vez que la planta a germinado y tienen varias hojas con una altura adecuada, deben ser trasplantadas o “traspasadas” a su recipiente definitivo.
Para plantar pimiento, la época de siembra es de enero a marzo. Si lo realizas a principios de año es muy posible que consigas tener tu cosecha lista para el verano.
En primavera, en el mes de abril o mayo, debes proceder al trasplante. Una vez que hayan pasado unos 2 meses desde su siembra. Para ello, lo ideal es que la planta cuente con unas 6 u 8 hojas. Como recipiente definitivo elige uno que tenga un mínimo de 15 litros de sustrato por planta.
El pimiento es muy sensible al frío y no soporta los cambios bruscos de temperatura. Si vives en una zona fría, es recomendable cubrirlo durante la noche mientras la temperatura sea inferior a los 15º. En verano, busca una situación con sombra parcial.
En cuanto a la tierra, necesitan que tengan un alto contenido en materia orgánica (compost o humus de lombriz, por ejemplo) y una fuente orgánica de potasio cada 15 días desde su floración. No soportan la humedad excesiva ni los encharcamientos.
Desde Frutas Olivar esperamos que vuestro huerto urbano sea todo un éxito. Os invitamos a compartir con nosotros vuestra experiencia y recomendaciones a través de los comentarios.