Validar la calidad como distribuidor de frutas y verduras resulta esencial para asegurar los productos. En Frutas Olivar somos conscientes de que mantener la calidad de nuestros productos es algo imprescindible. Sin embargo, como distribuidora de frutas y verduras, esta calidad no sólo depende de nosotros.
En los procesos de importación y exportación de frutas y verduras son muchos agentes los que entran en juego. Los productores, la logística y, finalmente, los distribuidores de frutas y verduras que acercan el producto desde los productores al comercio minorista. En nuestra labor como intermediarios de estas transacciones, la validación de la calidad juega un papel esencial.
Sin embargo, nuestros procedimientos varían según el origen del producto:
- Producto local: la evaluación de la calidad se produce en origen, ya que se controla la propia distribución
- Importación: la calidad se comprueba tanto en origen como en destino, ya que la logística es mucho más compleja y depende de terceros.
Los procesos de validación de calidad son muy desconocidos para la mayoría de los consumidores. Por eso, queremos contarte en este post cuáles son los procesos con los que en Frutas Olivar nos aseguramos que la fruta y la verdura llega en las mejores condiciones a tu mesa.
¿Qué se considera calidad?
Antes de adentrarnos en los procesos de validación de calidad, conviene abordar qué entendemos por “calidad”. Podríamos definirla como “el conjunto de propiedades inherentes a un objeto que le confieren capacidad para satisfacer necesidades implícitas o explícitas”.
En el contexto alimentario, estas propiedades han de convertir al producto en “apto” para su consumo, tanto por sus condiciones químicas e higiénicas, como por las cualidades que perciban nuestros sentidos.
Existe numerosa normativa, de ámbitos diversos, para garantizar la calidad de los alimentos. Asimismo, la empresas alimentarias, como por ejemplo una distribuidora de frutas y verduras, pueden establecer sus propios criterios y procedimientos de calidad. Eso sí, ha de ser dentro del marco normativo y siempre de una manera más exhaustiva.
Un concepto que va íntimamente ligado al de calidad en alimentación es el de “seguridad alimentaria”. Garantizar la calidad implica en este sector prevenir riesgos físicos, biológicos y químicos en toda la cadena de suministros. Para ello, las empresas suelen contar con un Plan de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC). En Frutas Olivar, contamos efectivamente con un APPCC propio para garantizar la seguridad alimentaria de todos los productos que manipulamos.
El control de calidad en un distribuidor de frutas y verduras
Como ya hemos explicado la calidad en las frutas y verduras se evalúa por sus cualidades sensoriales y también por sus propiedades. Por ello, en el control de calidad se llevan a cabo dos tipos de exámenes:
- Examen sensorial
- Examen técnico
Examen sensorial
Se centra, principalmente, en las características organolépticas. Es decir, aquellas cualidades que se perciben por los sentidos (olfato, visión, tacto y, gusto). Así, se evalúa:
- Olor que desprende-.
- Color. Si es o no uniforme, si presenta manchas o decoloraciones, brillo…
- Sabor. Para percibir el grado de dulzor o acidez…
- Apariencia (imagen de conjunto).
Por otro lado, también se lleva a cabo un reconocimiento visual de las propiedades del fruto tales como:
- Posibilidad de daños internos o mecánicos
- Quemaduras
- Problemas fúngicos
- Madurez de la fruta
- Defectos morfológicos
- Podredumbre o pardeamiento
Todos estos ítems se evalúan con un porcentaje que, a su vez, de manera global arrojarán un resultado: óptimo, intermedio o malo. Esta valoración se representa con los colores verde, naranja y rojo, al igual que un semáforo. Nuestra responsabilidad como distribuidora de frutas y verduras es hacer llegar a tu mesa sólo la fruta de categoría “verde”.
La valoración de estos parámetros se acompaña, habitualmente, de fotografías del fruto desde todos los ángulos y desde varias perspectivas, incluso comparando con otros ejemplares.
Examen técnico
En este caso, la valoración se realiza en el laboratorio y se llevan a cabo mediciones específicas de características propias de cada fruta. De manera general, se miden:
- Humedad, es decir, el contenido de agua del fruto. Éste ha de ser, como máximo, del 25%.
- Acidez / alcalinidad. Se mide a través del pH en una escala de 0 a 14.
- Sacarosa. Para ello se utiliza como medida el ºBrix y para la fruta.
En ocasiones pueden realizarse test específicos para detectar la existencia de microorganismos o patógenos (Legionella, E.Coli, Salmonella…). En otras ocasiones se evalúa la posible presencia de agentes químicos como herbicidas, insecticidas, pesticidas, etcétera.