Piña

Piña

La piña tropical, ananás llamada así en lengua indígena que significa “fruta excelente”, es una fruta muy apreciada por su exquisito sabor y delicado aroma, además, sorprende por unas afamadas virtudes terapéuticas, por ser rica en potasio y baja en calorías.

La piña es un fruto compuesto, formado por la unión de los frutos de varias flores alrededor de un eje carnoso. Existen muchas variedades de piña (las más comercializadas son la Cayena Lisa, Perolera y Golden), aunque presentan características similares, algunos ejemplares pueden llegar a los 2 kg de peso. Por lo general, presentan una forma ovalada y su pulpa, de color amarillo o blanco, está protegida por una piel dura y con escamas, con un extremo superior decorado con llamativas hojas verdes a modo de corona.

La piña madura satisfactoriamente únicamente si está en la planta, donde suele duplicar su contenido en azúcar durante la última fase de maduración. Si se recolecta cuando aún no está madura, presenta un sabor ácido y es pobre en nutrientes. Por esta razón, en Frutas Olivar comercializamos piña de avión. Una piña que destaca por su sabor y aroma gracias a que no es recolectada hasta su momento justo de maduración y se puede disponer de ella en 48 horas.

En cuanto a sus usos, si bien la mejor manera de aprovechar sus propiedades nutricionales es consumirla al natural, bien sola o acompañada, la utilidad gastronómica de la piña es muy variada y numerosa. No obstante también se puede consumir de distintas formas y en distintas recetas, os dejamos algunas ideas para realizar  recetas con piña.

En Frutas Olivar comercializamos piña durante todo el año.

Origen de la piña

La piña (Ananas comosus) es originaria de América del sur. Realmente, no se sabe a ciencia cierta dónde se encontraron los primeros cultivos. Gracias a algunos estudios podemos situar su origen, casi con toda probabilidad, en regiones de los países de Brasil y Paraguay.

Hacia el 200 d. C. fue cultivado en Perú por los mochica, quienes lo representaron en su cerámica. En el siglo XVI se propagó hacia Europa y las zonas tropicales de África y Asia. Fue Cristóbal Colón quien la trajo a España en 1493 después de su segundo viaje y fueron los exploradores españoles los que le dieron el nombre de piña por su parecido con el fruto del pino.

Durante mucho tiempo, esta fruta fue apreciada por las clases nobles y exaltada como símbolo de elegancia y hospitalidad. Pero no fue hasta comienzos del siglo XVIII, cuando se consiguieron los primeros cultivos en Holanda e Inglaterra y poco a poco se fueron extendiendo por casi toda Europa, empleando en muchos lugares invernaderos con el fin de adecuar la temperatura y así facilitar su cultivo.

Cómo conservar la piña

La piña es una fruta frágil y muy sensible a los cambios bruscos de temperatura. Lo mejor es guardarla en un lugar fresco y frío, donde aguantará unos días. Es preferible no guardarla en el frigorífico porque se deteriora con rapidez a temperaturas inferiores a los siete grados centígrados.

Pelada y cortada puede conservarse en la nevera siempre que se recubra con un envoltorio de plástico o se guarde en un envase hermético, aunque en ambos casos se ha de consumir en el menor plazo de tiempo posible si queremos disfrutar de su frescura, textura y jugosidad.