El romanesco: una de las hortalizas más bellas

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El romanesco: una de las hortalizas más bellas

En el artículo de hoy en el blog de Frutas Olivar, hablaremos del romanesco, una curiosa hortaliza que destaca por su maravillosa y simétrica estética. ¡Conozcamos el romanesco a fondo!

¿Qué es el romanesco?

Una verdura característica de los meses de inviernos, el romanescoBrassica oleracea– es una interesante col de la familia de las crucíferas o brasicáceas, es decir, de la coliflor y el brécol entre otras. Destaca por su forma angulosa y picuda de sus brotes. Se trata de un conjunto de ramilletes que tienen una estructura piramidal en forma de pequeña torre, con inflorescencias que lo componen y lo hacen único.

Al contrario de lo que se suele pensar o decir, no se trata de un híbrido entre coliflor y brécol. Estamos ante una variedad verde de coliflor italiana, una de las más antiguas.

La col romanesco está en los mercados de septiembre a abril. Se cultiva sobre todo en Italia, España, la Bretaña francesa y el sur de Inglaterra. España planta más del 30% del total europeo.

Un espectacular aspecto

Sin duda, lo que más llama la atención al mirar un romanesco es su estudiada estética. Los expertos la llaman “col fractal”, pues su forma cumple una ecuación matemática que se repite desde el primer trozo hasta el infinito. Sus proporciones guardan ecuaciones, razones y constantes matemáticas como la secuencia de Fibonacci o el número áureo.

Claramente, el romanesco es un prodigio de la naturaleza. Cada uno de los diminutos puntos que la constituyen, tienen la misma composición geométrica que la planta en su totalidad. En la naturaleza hay numerosos ejemplos de esto. Los copos de nieve, los nervios de las hojas o algunas conchas, pero realmente esta hortaliza es una de las más bellas.

Propiedades de la col romanesco

No nos quedamos solo con el exterior del romanesco, y es que su interior también es muy interesante. Esta hortaliza tiene unas propiedades nutricionales muy valorables. Las más destacadas son su alto contenido en fibra, vitamina C, provitamina A, ácido fólico, potasio y fósforo.

Por si fuera poco, tiene muy pocas calorías, concretamente 31 kcal por cada 100 gramos, produce menos gases que la coliflor y potencia nuestras defensas para evitar todo tipo de enfermedades. Es un alimento completísimo que se debe tener muy en cuenta.

Beneficios para la salud

Todos estos micronutrientes y otros no mencionados la convierten en un alimento beneficioso en muchos aspectos para nuestro organismo. Por ejemplo, para la renovación sanguínea, celular y ósea, la respuesta inmunitaria, el aprovechamiento energético o la absorción de hierro y calcio. Además, contribuye a la homeostasis -propiedad del organismo para mantener una condición interna estable compensando los cambios del entorno mediante el metabolismo-.

Veamos uno por uno cada beneficio del romanesco.

Es diurética

Consumir romanesco puede beneficiar los riñones, debido a su efecto ligeramente diurético y depurativo de toxinas.

Es anticancerígena

En esta verdura abundan los glucosinolatos, unos compuestos que al reaccionar ante la enzima mirosinasa, se transforman en isotiocianatos. Estas moléculas de probada acción anticancerígena, ayudan al organismo a expulsar sustancias contaminantes precursoras de la enfermedad, inhiben la división celular que da lugar a los tumores y estimulan la muerte de las células ya formadas. Para que esta reacción se produzca, el romanesco debe cortarse, trocearse o masticarse.

Protege el cerebro

Los primeros resultados de un estudio sobre diversos aspectos de la memoria parecen indicar que el consumo regular de verduras de la familia de la col, podría ayudar en la lucha contra la pérdida de facultades mentales, asociadas a enfermedades degenerativas.

Es cardiosaludable

Parece ser que algunos estudios apuntan a que un elevado consumo de crucíferas suele ir asociado a bajas concentraciones de homocisteína en la sangre, una sustancia que se considera factor de riesgo para los trastornos cardiovasculares.

¿Cómo podemos consumirlo?

La mejor manera de comer romanesco para que conserve todas las propiedades que hemos comentado anteriormente es consumirlo crudo. Esto es así porque la cocción podría paralizar la formación de isotiocianatos y la pérdida de nutrientes.

Lo primero que debemos hacer es lavarlo y separar los ramos. Tanto crudo como cocinado al vapor o, en última instancia hervido -ya que pierde más nutrientes-, se puede incorporar a ensaladas y salteados con legumbres, arroces y otras verduras.

Si has tomado la decisión de cocinarlo, lo ideal es hacerlo por 5 minutos como máximo al vapor, y para evitar que siga cocinándose, pasarlo inmediatamente por agua helada.

Contraindicaciones del romanesco

Las personas que sufren de hipotiroidismo, deben consumirlas con precaución. Existen componentes en la familia de las crucíferas que compiten en el organismo por el yodo. Si las consumen, es preferibles que lo han cocidas y solo algunas veces por semana, llevando además una buena ingesta de alimentos con aporte de yodo.

Igualmente, las personas que se encuentran tomando medicación anticoagulante también es recomendable considerar las interacciones ya que los índoles pueden aumentar el metabolismo hepático.

Por último, debemos recordar que ningún alimento actúa solo sobre todo el organismo. Por ello, es importante llevar una dieta rica en alimentos de origen vegetal y de temporada -te recordamos nuestro artículo sobre las frutas y verduras de abril-. De esta forma obtendremos los mejores resultados y beneficios de cada uno de ellos y mantendremos una buena salud.

Esperamos que este artículo sobre el romanesco te haya gustado. Si tienes alguna sugerencia o pregunta, no dudes en dejarlo en los comentarios. Si lo prefieres, puedes seguirnos en nuestros perfiles de Facebook, Instagram, LinkedIn o Twitter.

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